Esta mañana, 19 de mayo, la Federación ha intervenido en el pleno municipal sobre el estado de la ciudad.

Esta ha sido nuestra intervención:

Se valora en este pleno dos años de gestión municipal, la de este equipo de gobierno, marcada por una preocupante inacción y lentitud en la ejecución de proyectos y resolución de los problemas de la gente. Esta falta de dinamismo se traduce en retrasos en la implementación de políticas públicas y en la respuesta a las necesidades ciudadanas, generando insatisfacción y desconfianza.

No sólo se han dejado de ejecutar proyectos, sino que además se han tomado decisiones que afectan negativamente al buen funcionamiento de la ciudad. Por ejemplo, en materia de vivienda, el tema que en estos momentos más preocupa a la ciudadanía según múltiples encuestas, la paralización de programas como el ALVA, que facilitaba el alquiler social de viviendas vacías, supone un retroceso en la política de vivienda y en la atención a colectivos vulnerables. Aunque el concejal de Urbanismo reconoce que el programa funcionaba bien, la decisión de suspenderlo elimina una iniciativa que beneficiaba a decenas de familias, sin proponer nuevas iniciativas, lo que hace dudar de la utilidad y continuidad de la Empresa municipal de suelo y vivienda, VIVA. Recordamos que anular o paralizar proyectos de vivienda social afecta directamente a la capacidad municipal para dar respuesta a la emergencia habitacional y a la regeneración urbana.

En materia de servicios sociales, la lentitud en la tramitación y concesión de ayudas, así como la insuficiencia de recursos, agravan la situación de las personas más vulnerables. Sabemos que es una competencia impropia, pero si el Ayuntamiento la asume, debe dotarla de suficiente personal y medios para agilizar los procedimientos y no generar listas de espera inaceptables, que hacen que en ocasiones las ayudas lleguen cuando la persona beneficiaria ya ha fallecido.

Respecto a la movilidad, el retroceso es evidente. A pesar de las inversiones y los proyectos de movilidad sostenible, la falta de planificación y coordinación en la ejecución de obras, junto a la insuficiencia de mejoras en el transporte público, han provocado un aumento de las quejas y deterioro del servicio. AUVASA sigue presentando deficiencias en frecuencia, puntualidad y cobertura. La falta de inversiones en modernización y ampliación de la red repercuten directamente en la calidad del servicio.  El mantra de este equipo de gobierno, “movilidad de convivencia”, se traduce en realidad en dar más espacio al vehículo privado, en contra de todas las recomendaciones más aceptadas. Es imprescindible priorizar una movilidad eficiente, realmente sostenible y que contribuya a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, evitando la dependencia del vehículo privado.

Respecto a la limpieza, no se ve el resultado de la presunta “campaña de limpieza” anunciada en periodo electoral. La suciedad en las calles y espacios públicos de Valladolid ha aumentado, imaginamos que por una menor inversión en limpieza y la falta de campañas de sensibilización.

Y en lo que más nos afecta, que es lo relativo a la participación ciudadana, hay una total disparidad de criterio con el equipo de gobierno sobre lo que significa. No es votar cada cuatro años, no es recibir información a hechos consumados, ni participar en mesas en las que no se decide nada. La participación implica intervenir en la toma de decisiones, y así se ha firmado en la Carta Ciudadana. Pero el equipo de gobierno ha minimizado el papel de las asociaciones y ha limitado los espacios de debate, llegando incluso en algunos órganos consultivos a tener un comportamiento poco respetuoso con la representación vecinal. La congelación de los presupuestos participativos y la falta de respuesta a las demandas vecinales dejan clara la voluntad de apartar a la ciudadanía de la toma de decisiones, contradiciendo el discurso oficial de “poner a las personas en el centro”.

Un caso especialmente doloroso es la situación del proceso de presupuestos participativos, que permitía a la ciudadanía decidir el destino de una parte de la inversión municipal. Aunque el compromiso adquirido era ejecutar inversiones por valor de 10 millones de euros, sólo se han presupuestado en torno a 4 millones, dejando sin ejecutar la mayoría de las propuestas elegidas por la ciudadanía. Esta situación supone un “desprecio a la voluntad popular” y un retroceso en la participación ciudadana, puesto que el equipo de gobierno no considera vinculantes el resultado de las votaciones del proceso, con la excusa de la falta de dinero. Esto contrasta con el anuncio de otros gastos no demandados por la ciudadanía, como los derivados del fomento de la tauromaquia, el torneo de pádel, o la innecesaria ampliación del puente de Poniente. Muchos de ellos más enfocados hacia “la clientela de la ciudad”, hacia afuera, que hacia los vecinos y vecinas que viven la ciudad y sus problemas a diario.

En conclusión, desde esta federación vecinal consideramos que la gestión municipal de estos dos años se caracteriza por la falta de impulso, la paralización de proyectos clave y la desconexión con las demandas ciudadanas. Por lo tanto, es imprescindible dar la vuelta a esta tendencia, reactivar los mecanismos de participación, reforzar la transparencia y priorizar la atención a los servicios públicos esenciales para avanzar hacia una ciudad más justa y habitable. No sigan defraudando a la ciudad, estamos seguros de que, con un poco de voluntad por su parte, es posible.