Nota de prensa 06-10.2023

Y lo hace con el argumentario y compromiso de la Unión Europea y el Estado Español. Su necesidad es imperiosa. Siempre hubo éxodos y siempre los habrá, por ello, ahora toca una respuesta solidaria.

Y así está escrito “toda persona tiene derecho a buscar protección fuera de su país de origen o de residencia habitual y disfrutar de ella en caso de huir de un conflicto que pone su vida en peligro y tener fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política…”.

Por ello y para dar una digna acogida a las personas refugiadas, los países se obligan a crear centros específicos denominados CAR que serán espacios públicos destinados a prestar alojamiento, manutención y asistencia psicosocial, así como otros servicios sociales encaminados a facilitar la convivencia e integrar en la comunidad a quienes soliciten asilo en España.

Con estas premisas resulta difícil entender cómo la nueva corporación del Ayuntamiento de Valladolid recela de la decisión de continuar con este proyecto, por otra parte, ya comprometido por el anterior alcalde y, además, contando con el acuerdo del Pleno para que “las parcelas municipales sin uso predeterminado puedan ser utilizadas para fines sociales y proyectos emprendedores que creen empleo”. Y este es el caso, crea empleo y el objetivo social está más que justificado.

Desconocemos en qué términos el ayuntamiento ha dirigido una carta al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones solicitando “algunas aclaraciones necesarias”. No sabemos si fueron técnicas o de índole “político” pero, casualmente, este planteamiento parece coincidir con las decisiones adoptadas en los territorios donde gobierna la derecha. Todas ellas procurando su paralización o retraso. Y como siempre sucede, al amparo de las dudas mostradas por la corporación municipal, se han manifestado algunos vecinos próximos al emplazamiento del futuro centro, presuponiendo que les puede acarrear males endémicos, llegando a proponer a las administraciones que los dineros se utilicen para satisfacer otras necesidades de su ámbito, sabiendo que eso no es posible según las directrices europeas y, afirmando que en el supuesto que tenga que hacerse algún centro de acogida que sea fuera de sus límites.

Procede recordar que el citado proyecto se ejecutaría en suelo municipal, junto al Hospital Universitario Río Hortega (HURH), con capacidad para 200 plazas y 40 trabajadores, contando con dotaciones deportivas (compartidas con el vecindario), labores de seguridad, lavandería, mantenimiento y limpieza. Y la financiación correría a cargo del Plan de Recuperación de Transformación y Resiliencia de la UE.

Cierto que la urgencia de construir estos centros la ha motivado la invasión rusa en Ucrania y el éxodo poblacional de refugiados de este país a Europa. Tan cierto como que, ante el cambio del signo político de algunos ayuntamientos y autonomías, el Ministerio de Inclusión ha remitido una carta a Logroño, Valladolid y Gobierno Cántabro, para preguntarles si mantenían los compromisos contraídos para instalar los centros de acogida en sus territorios. La respuesta ha sido clara, unos rechazando y otros cuestionando, pero ninguno asumiendo la continuidad por el momento. El caso más notorio lo ha protagonizado Cantabria, que ha rechazado el centro previsto con capacidad para dar respuesta a 300 personas y creando 40 puestos de trabajo.

Ante esta tesitura esta Federación Vecinal se pronuncia de manera tajante. Valladolid no puede dejar en la estacada a ninguna persona que solicite asilo político o de cualquier índole humanitaria. Los tiempos que corren no son como para andar con contemplaciones, dudas, trabas, manifestaciones y actuaciones contrarias, y muestra de ello ha sido la recogida de firmas entre otras. Se precisa de una respuesta solidaria, total y urgente de toda la ciudadanía, las administraciones y agentes sociales, así como de los medios de comunicación.

Decir que el centro de refugiados en Valladolid «no nos aporta nada» es como poco una afirmación cruel y desmedida para las personas vulnerables que nos llegan pidiendo auxilio y que con total seguridad aportarán a nuestro país su trabajo e ilusión por continuar con una vida digna. Sin duda existen solo PROS y ningún contra cuando se trata de brindar ayuda a quienes la necesitan

No queremos que Valladolid sea comparsa de decisiones políticas externas en estos temas. Utilicemos el sentido común y la racionalidad. Seamos consecuentes y referentes de solidaridad aquí y allende los mares